El recientemente fallecido trabajador de la brigada Luis Palacín ha sido reconocido este domingo con el premio a título póstumo del Dragón del Festival Castillo de Aínsa, una figura que cada año fabrican con especial cariño los Titiriteros de Binéfar para ensalzar la labor vinculada al festival que diferentes personas y grupos desarrollan.

Así pues Luis Palacín, en palabras del alcalde Enrique Pueyo “incasable empleado municipal, siempre dispuesto a prestar su ayuda en la organización de los acontecimientos festivos de la localidad de Aínsa, que no entendía de horarios ni de posibles complicaciones a la hora de sacar adelante faenas de diversa índole”, ha sido el protagonista en esta ocasión ante un Patio del Museo lleno hasta la bandera. Fue su familia, de manos del concejal Nicolás Baena, quien recogió la estatuilla, esculpida con materiales reciclados, en la emotiva antesala del homenaje a las Mujeres que Cuentan.

Posteriormente cuatro mujeres de Sobrarbe, Clara de Banastón, Dori de Abizanda, Laura de Humo de Muro y Fina de Paúles de Sarsa, se subían a las tablas “en un acto de valentía que cada año pretende elogiar los discretos pero indispensables papeles que las mujeres han desempeñado a lo largo de la historia en la sociedad rural”, tal y como presentaba el acontecimiento Paco Paricio, ideólogo de este proyecto que ya lleva cinco años haciéndose un hueco en la programación. La medicina, la costura o la cocina son las facetas que las homenajeadas de este año más han desempeñado a lo largo de sus vidas.

Paco Paricio, acompañado de los músicos locales Marko Zaragoza y Roberto Serrano, supieron plasmarlo en una canción de estribillo pegadizo (“Son mujeres del Sobrarbe, sobre sus hombros llevan, la ternura y el aguante, ellas son madres de la tierra. Merecen que las honremos por lo mucho que nos dan, merecen que les cantemos, son tesoros que hay que recordar”) que corearon al unísono los allí presentes. Finalmente se les hizo entrega de una cesta con productos de la tierra y unas flores, permitiendo a la vez que hijos y nietos se acercasen para abrazarlas.

El broche de oro a la semana más musical de Festival Castillo de Aínsa

La emotiva tarde del domingo llegaba tras seis días y diez conciertos repartidos entre el Patio del Museo y el foso del Castillo. El lunes 18 la música antigua con tintes de jazz, folk y ritmos latinos se adueñaron del espacio del museo guiados por Almalé, el proyecto personal de la vocalista aragonesa, violagambista y compositora Pilar Almalé. El martes el joven dúo Ixeya, procedentes de Santa Engracia, Zaragoza, demostró el prometedor futuro que tienen por delante, con un disco publicado y otro en camino.

Y el miércoles La Coral de Sobrarbe, integrada por una treintena de intérpretes de la zona, y Zaruk, dúo instrumental de chelo y guitarra que sumergió al público en la música tradicional sefardí, cerraron el ciclo de espectáculos en el Patio del Museo de Artes y Oficios Tradicionales. Todas las noches, además, se invitó a los asistentes a una presentación y cata de vino D. O Somontano con la colaboración de la Ruta del Vino Somontano, resultando un éxito la combinación de ambos placeres y abriendo paso a un vínculo que trascenderá más allá de la presente edición del Festival Castillo de Aínsa.

Los conciertos del jueves 21, viernes 22 y sábado 23 se desarrollaron en el foso del Castillo. El jueves los locales Ana Diáfana e Iñaki Zuazu rompían el hielo con la presentación de su primer disco, “De tu casa a la mía”, muy bien acompañados de los zaragozanos Vegetal Jam. El mejor aperitivo para dar paso a María Arnal i Marcel Bagés, cabezas de cartel junto a otras bandas y a quienes a pesar de ser jueves no se les resistió un público ávido de bailar a ritmo del “pop mutante” de los catalanes. “Fiera de mí” y “Tú que vienes a rondarme” fueron dos de los temas que sonaron en el foso, con una puesta en escena sorprendente que tan pronto parecía prender el escenario como que sumergía al público en un ambiente místico de humo y aparente pureza.

El viernes se esperaba con especial expectación a los oscenses La Escoria Oriental, de nuevo en los escenarios tras más de veinte años de silencio. Simpáticos, irreverentes y sin que apenas pudiera apreciarse el paso de los años en lo que a calidad sonora se refiere, lograron atraer a sus fieles seguidores de antaño y hacer bailar a los más jóvenes con un rock and roll fresco, capaz de plantarle cara a las modas pasajeras.

Los Mambo Jambo. Foto: Sonia Gracia

Los Mambo Jambo fueron la guinda a una de las mejores noches de esta edición del Festival. Hablamos de un rock muy particular que se mezcla con el surf, el swing y el rhythm&blues, que no requiere de vocalista porque sus músicos ya se bastan para dejar pequeño cualquier escenario, y a los que la estética de mediados del siglo XX les queda que ni pintada para completar un show de calidad sublime.

Finalmente el sábado 23 cerró el foso Miguel Lardiés, el joven ainsetano que tan pronto compone temas propios (como ya ha demostrado con su primer trabajo “Ciego el ego”) como que se lanza a versionar canciones de Melendi. Le siguió la conocida banda de folk Olga y los Ministriles, poniendo el sello más local a la par que apegado a los sonidos de raíz que el Festival quiere llevar por bandera en una clara apuesta por volver a sus orígenes.

Olga y Los Ministriles. Foto: Sonia Gracia

La Morisma toma el relevo de las celebraciones en Aínsa

Esta semana, como colofón final y en colaboración con el Festival Internacional de Documental Etnográfico Espiello, se proyectarán dos películas en las localidades de Castellazo y Latorrecilla, ambas pertenecientes al municipio de Aínsa-Sobrarbe. En Castellazo, el jueves 28, se proyectará la película “Folk, una mirada a la música tradicional”, y en Latorrecilla, el día 29, será el turno del documental “No somos nada”. Ambas comenzarán a las diez de la noche y su acceso será gratuito hasta completar aforo.

El cierre oficial del Festival Castillo de Aínsa se producirá el sábado a las 23:00h en la Villa Medieval con la presentación de La Morisma 2022, una recreación muy esperada al ser 2018 el último año de su puesta de largo. Para la ocasión, y tras el parón derivado de la crisis sanitaria, la Asociación Cultural La Morisma ha preparado un espectáculo pirotécnico con pasacalles. Dará a conocer, además, a un nuevo personaje que formará parte del elenco a partir del 3 de septiembre, el dragón Pentafuria, nombre elegido por los niños y las niñas del colegio Asunción Pañart.

Desde la asociación, su presidenta Isabel Bergua explica que la creación de este nuevo personaje se debe a que “es un símbolo muy medieval relacionado con la corona aragonesa y que también en nuestro caso simboliza, por un lado, el horror de las guerras, y por otro un aspecto más amable como la perseverancia, la tenacidad y la constancia de un pueblo en el mantenimiento de sus tradiciones”.

Dicha presentación será íntegramente al aire libre, recorriendo el espacio que une la muralla del Castillo y la fachada del ayuntamiento, y siendo necesario respetar los cordones de seguridad que se instalarán para evitar cualquier accidente a causa de los elementos pirotécnicos que van a emplearse durante el evento. La actividad es gratuita y abierta a todos los públicos, sin ser necesario reserva previa de ningún tipo.

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